Dorso, desde los cimientos de la escena

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Corrian los primeros años de los 80s en Chile y recién en esa época se podía comenzar a hablar de grupos de jovenes con un conocimiento musical influenciado por las bandas extranjeras. El desenvolvimiento de las culturas hacen que surgieran los primeros “metaleros” en Santiago, algo que se salía de lo establecido en cuanto a aspecto, teniendo en consideración que las libertades se encontraban limitadas. Dorso, banda que apareció en el año 1984 en los mundos urderground de la ciudad, solio tomar sus influencias musicales desde Genesis a Cannibal Corpse y emprendió vuelo hacia lo desconocido pero interesante mundo del metal.

Rodrigo Pera Cuadra, Mauricio y Marcelo Castillo, Claudio Alfaro, Gonzalo Lara y Bernardo Riquelme, tomaron sus instrumentos y comenzaron a presentarse en lugares pequeños como el Gimnasio Manuel Plaza de Ñuñoa, creando sus primeras interpretaciones en base a la experimentación que mantuvieron con sus gustos musicales, como también las letras de Pera que se basaban en la literatura oscura como Lovecraft, o en algunas ocasiones de la mitología, brujos, cine de terror y humor negro. Actuaciones teatrales, en donde Rodrigo usaba mascaras, hizo mérito para lograr grabar su primer disco oficial llamado Bajo Una Luna Cámbrica, marcado por la presencia del Thrash Metal que arribaba como una lanza pero que curiosamente se percibían claros pasajes imponentes de progresivo. 

Romance llego para reforzar esa idea de que en el país existe el talento necesario para poder crear metal de calidad. Reformados como trio, Pera Cuadra toma la responsabilidad del bajo y a través del canto expresa una historia temática que ayuda a crear un pasaje único desde el disco. La historia de un hombre medieval que se enamora de una anima, hace que se potencie la perspectiva de un concepto bien recibido y que deja la huella de pensamiento de tramas musicales. Dorso, sabiendo de su despliegue en talento, utiliza sus finesas mas progresivas y ablanda en sonidos thrasheros, todo para que la propuesta reciba el peso e importancia que merece.

Si bien han pasado 40 años aproximadamente de que Dorso vio la luz, no es menos cierto que en una escena metalera chilena debe estar constituida por buenos elementos para que saquen de la obvia realidad a la persona. Romance y Bajo Una luna Cámbrica han servido como bases para que otras agrupaciones piensen que la escena esta aun viva y con mas fuerza que antes.

Dorso desea repasar estos dos discos acompañado de grandes invitados tales como los experimentados Dogma, quienes vienen a tocar y rememorar con mas fuerza lo que se viene para el futuro, como también recordar situaciones en base a recuerdos. Tridente y Vilu serán los otros dos acompañamientos en esta gran fiesta. Dorso refleja el profesionalismo que se tuvo para poder hacer que en tiempos complicados para el país, puedan desarrollar un despeje mental en base a ruidos melodicos.

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