Ya a las 18:00 hrs se abrían las puertas del Teatro Cariola para recibir al público que se acercaba al recinto de San Diego, recinto que se disponía a otorgarnos una increíble noche más de Metal en la Capital como ya está siendo costumbre.
El telón se abrió a eso de las 19:45 hrs con la presentación de Lapsus Dei, una banda que ha sabido consolidarse en la escena chilena gracias a su mezcla de doom metal con toques progresivos. Su propuesta fue un perfecto preludio para lo que vendría, con una ejecución precisa y un sonido sólido que llenó el Teatro Cariola de densidad atmosférica y melancolía, logrando que incluso quienes no los conocían se sumieran en su propuesta. Lapsus Dei se mostró como una banda madura, conectando con la audiencia y preparando el ambiente para lo que todos esperaban.
Cuando el reloj marcó las 21:00, las luces se apagaron y el aire se cargó de expectación. Therion, con más de 30 años de carrera, se ha ganado un lugar privilegiado en el metal sinfónico, y anoche dejaron claro por qué. Con un setlist que repasó lo mejor de su discografía, incluyendo clásicos de su icónico “Lemuria” y el más reciente “Leviathan III”, la banda liderada por Christofer Johnsson ofreció una actuación impecable y cargada de dramatismo.
Desde el primer acorde de ” Seven Secrets of the Sphinx”, el público fue transportado a un viaje sonoro que mezcló la majestuosidad del metal con arreglos orquestales, voces operáticas y corales que resonaron en todo el teatro. La impecable ejecución de los músicos, acompañada por la presencia escénica de las vocalistas Rosalía Sairem y Lori Lewis, lograron un equilibrio perfecto entre la potencia del metal y la elegancia de lo sinfónico. Cada tema se sintió como una pequeña ópera, con cambios de tempo y dinámicas que mantuvieron al público hipnotizado.
Uno de los puntos más altos de la noche fue, sin duda, la interpretación de “The Rise of Sodom and Gomorrah”, una de las piezas más queridas por los fanáticos, que fue recibida con una ovación atronadora. La precisión y el sentimiento con el que Therion tocó esta pieza dejó claro que, a pesar del paso de los años, la banda sigue en plena forma. La energía no decayó en ningún momento, y el público, completamente entregado, acompañó cada coro, especialmente en el cierre con ” Son of the Staves of Time”.
El concierto de anoche con 23 canciones no solo fue un despliegue musical impecable, sino también un reencuentro emotivo entre Therion y su fiel público chileno. La banda no dejó de agradecer el calor y la pasión de los asistentes, destacando en varias ocasiones la conexión especial que sienten con Chile. El teatro lleno y la energía desbordante que se vivió en cada rincón del lugar demostraron que Therion sigue siendo una de las bandas más queridas en la escena local.
Por Emerson Zuñiga Vidaurre.
Fotografías gentileza Chargola fotógrafo Rubén Gárate.