[Estuvimos] Powerwolf y Lord of the Lost, una misa blasfema de poder, oscuridad y fuego

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La noche del 05 de mayo, el Teatro Cariola volvió a vibrar con una intensidad que solo se vive en ocasiones verdaderamente memorables. En el epicentro de Santiago, dos bandas de mundos distintos pero unidos por el fuego sagrado del metal se apoderaron del escenario para ofrecer un show que fue, simplemente perfecto.
Abriendo la noche estuvo Hëiligen, banda nacional que viene desde hace años puliendo su propuesta de heavy/power metal con un sonido que empezó un poco encapsulado pero a medida que avanzaba el set demostró riffs filosos y un frontman que no le teme al carisma, una buena forma de calentar los motores para lo que avecinaba.


Pocos minutos después, sin más introducción que un bajo vibrante y luces rojas, Lord of the Lost emergió desde las sombras con una presencia que simplemente cortó el aliento. Chris Harms, imponente y teatral, lideró una presentación que fue tanto un espectáculo musical como una experiencia gótica moderna. Performance sólida, gothic metal industrial bajo una ejecución perfecta.
Abrieron con “The Curtain Falls“, de su más reciente disco Weapons of Mass Seduction, seguida de una tríada imbatible: “Blood & Glitter“, “Loreley” y “Drag Me to Hell“. La banda demostró que domina tanto los climas densos como los himnos coreables. En cada pausa, Harms agradecía de manera honesta el reconocimiento y vitoreo del publico chileno, conquistando sus corazones.


Si alguien tenía dudas sobre la capacidad escénica de Lord of the Lost, esta noche las disiparon para siempre ya que su set fue preciso, potente y de mucha calidad para dar paso al main event.
Entonces… las luces se apagaron. Se bajó el telón del Cariola para dar paso a los lobos mayores del power metal europeo que subieron al escenario como si descendieran de una catedral infernal. El público, ya entregado, se transformó en una masa coreando cada palabra, cada riff, cada latido de batería.
Abrieron con la explosiva “Bless em With the Blade“, seguida por la infalible “Incense & Iron“, que hizo vibrar front to back al Cariola. La voz de Attila Dorn, poderosa y teatral, se escuchaba como un trueno en medio de una tormenta. En los teclados Falk Maria Schlegel fué, como siempre, un maniático bendito: arengando, saltando, gritando como un predicador loco.
Los momentos más épicos de la noche incluyeron “Demons Are a Girl’s Best Friend“, recibida como un himno que hasta el más true no puede evitar corear, y una versión monumental de “We Drink Your Blood” que convirtió el teatro en una taberna medieval endemoniada. La devoción del público fue absoluta: cientos de voces al unísono, manos alzadas, circle pits. Ni un alma quieta.


Entre tema y tema, Attila agradecía en un español muy respetuoso y bien recibido, con gestos sinceros de humildad y cariño. Finalmente dieron el cierre de una noche espectacular con la infalible “Werewolves of Armenia“. Fueron 19 canciones para dejar exhausto al público chileno en esta fría noche de Mayo.
No todos los días se tiene la suerte de presenciar un cartel de metal versátil con bandas alemanas en un gran momento de sus carreras —de trayectorias distintas pero con un mismo espíritu— ofreciendo shows de calidad mundial. Lord of the Lost conquistó con una mezcla precisa de provocación y virtuosismo. Y Powerwolf… Powerwolf consagró su reinado como una de las bandas más importantes del metal moderno.

Sin duda la heavy metal army vivió una jornada de mucha energía, coreando cada canción, memorable noche la de los alemanes en Chile.

Te dejamos la galería fotográfica de la jornada

Hëiligen

Lord of the Lost

Powerwolf

Por Emerson Zuñiga Vidaurre.

Fotografías por Exequiel Pérez Bruna.

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