[Estuvimos] Bersuit Vergarabat, desatando la fiesta en una noche inolvidable

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El viernes 23 de agosto, Santiago se rindió a los pies de Bersuit Vergarabat en una noche que quedó grabada en la memoria de más de mil personas que llenaron el Club Chocolate hasta el tope. La banda argentina, que desde hace décadas tiene una conexión especial con el público chileno, hizo lo que mejor sabe: desatar una fiesta explosiva y emocional, como siempre, vestidos en sus características pijamas.

El show comenzó con La Soledad, y desde ese primer acorde se sintió una conexión única entre la banda y el público. Una calma que rápidamente se transformó en euforia cuando, sin darnos tregua, Bersuit soltó su hit Yo Tomo. Las más de mil voces presentes gritaron al unísono: Yo tomo, para no enamorarme, me enamoro, para no tomar!!. El suelo del Club Chocolate temblaba con cada salto y cada coro a viva voz. La energía era contagiosa, como si el tiempo no hubiera pasado desde la primera vez que la banda pisó los escenarios chilenos.

Pero no todo fue nostalgia. Bersuit aprovechó la ocasión para compartir algunas de sus canciones más recientes, que forman parte de su nuevo álbum Cocoliche Life, con el que están recorriendo diversos países en esta gira. Temas como Monogamia, El Cumbión y Me La Pego lograron mantener la euforia, mostrando que la banda sigue en constante evolución y que aún tienen mucho que ofrecer a su público de siempre, y a nuevas generaciones que también han hecho suya la música de Bersuit.

A pesar de la frescura de las nuevas canciones, los momentos más épicos de la noche llegaron, sin duda, con los clásicos. Cuando sonaron los primeros acordes de Sr. Cobranzas, el Club Chocolate prácticamente estalló. Y cuando llegó La Bolsa, fue imposible no unirse al enérgico coro de “Devolvé la bolsa, devolvé la bolsa, devolvele a Huguito su generosidaaaaad”. Esas canciones son mucho más que música; son un grito de resistencia, una catarsis colectiva que la audiencia abrazó con furor.

La complicidad entre los músicos y el público fue evidente durante toda la noche. Los miembros de Bersuit estaban totalmente entregados en el escenario, disfrutando cada momento, y eso se reflejaba en la respuesta eufórica de la gente. No era solo un concierto, era una verdadera fiesta donde todos –músicos y público – parecían estar en perfecta sintonía.

El final fue digno de una celebración. Después de casi dos horas de pura adrenalina, Bersuit se despidió con un público que no quería dejar de cantar, bailar y festejar. Incluso cuando las luces del escenario se apagaron, la fiesta continuó en Club Chocolate y en las calles. Las voces seguían resonando, y las sonrisas en los rostros de los fanáticos eran prueba de que la banda había vuelto a tocar el corazón de Santiago.

Con su estilo único y una energía que parece inagotable, Bersuit Vergarabat dejó claro que sigue tan vigente como siempre. Y es que su música, capaz de mezclar crítica social, fiesta y una dosis generosa de alegría, sigue siendo el motor que los mantiene en lo más alto. Una noche inolvidable para todos los que tuvieron la suerte de estar ahí.

¡Salud por Bersuit, una banda que, después de tantos años, sigue disfrutando de lo que hace como el primer día, y que nos hace disfrutar a nosotros con cada acorde!

Te dejamos la galería fotográfica de la jornada.

Por Gonzalo Domingo.

Fotografías por Mauro Inostroza Carreño.

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