El Ruidosa Fest volvió a dejar huella en Santiago con una edición que reunió a lo mejor de la música femenina y disidente en el Parque O’Higgins. Durante los días 11 y 12 de octubre, el festival se consolidó como un verdadero punto de encuentro entre generaciones, estilos y discursos, reafirmando su compromiso con la igualdad, la diversidad y el arte hecho con propósito. Con una puesta en escena impecable y una producción a cargo de Bizarro, el evento combinó música en vivo, humor, ferias y paneles de conversación, en un ambiente cargado de energía, emoción y comunidad.
La primera jornada del Ruidosa Fest fue una fiesta de contrastes: entre la nostalgia de los clásicos y la frescura de los nuevos sonidos femeninos chilenos.
Myriam Hernández se alzó como la gran protagonista de la noche, cerrando con un espectáculo que hizo cantar a miles de asistentes con himnos como “El hombre que yo amo” y “Huele a peligro”. Su voz, intacta y poderosa, marcó uno de los momentos más emotivos del día.
Antes, los escenarios habían vibrado con la energía pop de Nicole y la euforia juvenil de Supernova, que logró un coro colectivo con “Tú y yo” y “Maldito amor”. Javiera Parra, con su sello rockero y poético, rindió tributo al legado familiar y a la música chilena con una presentación cargada de emoción. El público también celebró la presencia de Princesa Alba, que transformó el lugar en una pista de baile con su propuesta urbana-pop, al igual que Fran Maira, quien deslumbro en el escenario. mientras Paula Rivas y Karla Grunewaldt demostraron por qué son dos de las voces más prometedoras de la nueva escena nacional. El humor se tomó el escenario con Pamela Leiva, quien hizo reír a carcajadas con su carisma inconfundible. La primera jornada dejó claro que la música femenina chilena no solo mira hacia el pasado con orgullo, sino que también proyecta un futuro vibrante y diverso.
El segundo día del Ruidosa fue pura intensidad. Miles de personas llegaron al Parque O’Higgins para vivir la segunda jornada liderada por Mon Laferte, quien regresó a Chile con un show cargado de arte, fuerza y sensibilidad social. La artista viñamarina emocionó al público con canciones como “Tu falta de querer”, “Amárrame” y “Te juro que volveré”, además de incluir temas recientes que fusionan el folclor latinoamericano con su inconfundible estilo teatral. Junto a ella, Francisca Valenzuela —creadora del festival— ofreció un show vibrante, reafirmando el mensaje que ha guiado a Ruidosa desde su nacimiento: abrir espacios, amplificar voces y celebrar la diversidad. Javiera Mena puso a bailar a todos con su sonido electropop y visuales hipnóticas, mientras que Villano Antillano, directamente desde Puerto Rico, desató una verdadera revolución con su discurso de empoderamiento y su flow arrollador.
El cartel también destacó por su eclecticismo: Masquemusica y Chini.png aportaron matices más íntimos y experimentales, Ms Nina llevó el reguetón al corazón del festival, seguida de Akrila quien puso a todos a corear sus canciones y Cami cautivó con su despliegue vocal y presencia escénica. La tarde la lleno de risas Paloma Salas Las nuevas generaciones dijeron presente con Javiera Electra, Babyv4mp, Gowosa y Popola Club, demostrando que el futuro de la música chilena está lleno de innovación y actitud.
Más allá de los nombres, la jornada del domingo fue una declaración colectiva de libertad, identidad y pertenencia. En el público se mezclaron banderas, abrazos y risas, en un ambiente donde la emoción y el respeto fueron protagonistas.
Un festival que trasciende la música
El Ruidosa Fest 2025 volvió a recordarnos que este encuentro no es solo un festival: es un espacio de conversación, arte y comunidad. A lo largo del fin de semana se desarrollaron paneles sobre equidad, género, creatividad y salud mental, además de ferias con proyectos liderados por mujeres y disidencias, y shows de stand up que sumaron humor y reflexión.
Casi una década después de su creación, Ruidosa continúa cumpliendo su propósito: ser un altavoz para todas las voces que históricamente fueron silenciadas, y un punto de encuentro para quienes creen en el poder transformador del arte. Con dos jornadas inolvidables, el festival se despidió dejando una certeza: el ruido que genera Ruidosa no se apaga, se expande.
















Fotografias por: NatuGodoyph
Nota por: Javii.Algomas







