[Estuvimos] Black Pumas, una noche de soul y unión

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El pasado miércoles 15 de mayo de 2024, el histórico Teatro Caupolicán de Santiago fue el escenario de una velada inolvidable. Los fanáticos se congregaron para ver a la aclamada banda estadounidense Black Pumas, que se presentaba en Chile como parte de su gira mundial por su nuevo disco Chronicles of a Diamond.

La apertura del concierto estuvo a cargo de la talentosa artista chilena Masquemusica quien brindo un hermoso y delicado concierto a los asistentes que llegaban y llenaban poco a poco el Teatro Caupolicán.

La expectativa crecía a medida que se acercaba el turno de Black Pumas. Cuando las luces se atenuaron y la banda subió al escenario, el teatro estalló en una ovación ensordecedora. Desde el primer acorde, la voz de Eric Burton, el carismático vocalista del grupo, capturó la atención de todos los presentes. Su voz, cálida y poderosa, combinada con la armonía de las coristas Angela Miller y Lauren Cervantes que cantaban al más puro estilo del gospel, creó una atmósfera casi celestial.

El repertorio de la noche llevó al público a un viaje a través del soul psicoledico y el R&B, con cada canción interpretada con una pasión y una energía que se sentían palpables en el aire. Temas como Fire y Black Moon Rising hicieron vibrar al público, que no dejó de bailar y cantar a lo largo de todo el espectáculo. Los asistentes vivieron momentos de pura felicidad, sintiendo cada nota y cada palabra como un eco de sus propias experiencias y emociones.

Uno de los puntos álgidos de la noche fue, sin duda, la interpretación de Colors. Esta canción, que habla de la unión y el rechazo al racismo, creó un momento de profunda conexión entre la banda y el público. Las luces del teatro se teñían de colores vibrantes mientras los asistentes levantaban sus manos y cantaban al unísono, creando una sensación de unidad y esperanza que era casi tangible. Fue un instante mágico, donde la música trascendió las barreras y unió a todos en una celebración de la diversidad y la inclusión.

Pero la noche aún guardaba una sorpresa. En un momento de intimidad absoluta, Eric Burton regresó solo al escenario con su guitarra para interpretar un cover de Fast Car de Tracy Chapman. La simplicidad de su actuación, desprovista de todo artificio, dejó al público en silencio absoluto, absorbido por la profundidad y la emoción de su interpretación. Cada nota, cada palabra, parecía salir directamente de su corazón, tocando las fibras más sensibles de los presentes.

El cierre del concierto fue un auténtico broche de oro. Con una energía renovada, Black Pumas regresó al escenario para ofrecer una última tanda de canciones que dejó al público extasiado. La ovación final fue ensordecedora, con los asistentes de pie, aplaudiendo y vitoreando sin cesar.

Al salir del Teatro Caupolicán, la sensación de haber vivido una noche extraordinaria era compartida por todos. Black Pumas no solo había ofrecido un concierto técnicamente impecable, sino que había logrado crear una conexión emocional profunda con su audiencia, recordándonos el poder unificador y transformador de la música. Fue, sin duda, una noche para recordar, una celebración de la vida, el amor y la unidad a través del soul y el R&B. Sin duda volvería a verlos mil veces mas.

Escrito por Gonzalo Domingo.

Fotografías gentileza Lotus y Fauna Producciones. Fotógrafo Gary Go.

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